miércoles, 20 de febrero de 2008
Titiriteros de Binéfar
No puedo recordar la primera vez que tuve noticia de los Titiriteros de Binéfar, en mi vaga memoria creo que en algún sitio, quizá un cartel (esa excitante publicidad efímera), leí su nombre y el del bandido cucaracha.
Como no soy baturro, ni sabía que era Binéfar ni tampoco ese bandido; y menos aún qué era un titiritero: para esto no hay que ser aragonés, pero después de conocerlos no estaría tan seguro: para empezar a hablar de titiriteros, hay que haberlos visto, o casi.
Finalmente un día, en una feria de Teatro en Alcañiz (Teruel) acudí a verlos, era poco antes del mediodía en un lugar pequeño, con asientos, y todo oscurico.
Representaron, debía ser de las primeras veces, Cómicos de la legua. Y uno, tan ya-de-vuelta-de-todo, cagóse pantalones abajo: cómor era posible aquello. Ni que decir tiene que desde ese día –salieron pitando y no pude saludarlos- soy un rendido admirador
Solo una palabra: emoción, y tras esta un torrente de verdades, de corazón, de trabajo bien hecho, de conciencia, de amor a la vida , de respeto, de alegría, de tantas y tantas cosas que no caben ni en blog, ni en libro ni en carreta
Ellos, caminantes de los caminos, siempre adelante y dispuestos llevan un don y lo esparcen a manos llenas. Titiritero de Binéfar, los Titis son un ejemplo, una lección, un orgullo de esta pequeña tierra, que justo desde su simplicidad abarcan el mundo entero
Por todas las sonrisas de los niños y su madres, de las niñas y sus padres, de los abuelos y abuelas, de tanta gente, solo cabe deciros gracias, y adeban; hasta el infinito y más allá.
titis
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