Ya era hora de escribir algo en este blog, pero el jaleo ha sido mucho en los últimos tiempos, habiéndose juntado el hambre con las ganas de comer
En medio del marasmo de televisiones, contenidos, opciones y griterío al que ya nos hemos ido acostumbrando, surgen las pantallas en las casas como grandes hermanos de las no vidas familiares. A todas horas el impenetrable sonido, y la luz que emite la plasmapantalla ó la LCD de millions and millions de pulgadas. Es en verano, cuando al salir en las primeras horas de la noche a las calles se puede ver y oír ese fenómeno: los nichos de vivos que son nuestros bloques de viviendas, estrategicamente repartidos unos encima de otros los meaderos, los folladeros, y cómo no el oratorio del bicho que emite y emite y emite.
Recuerdo hace unos años cuando aquí, en nuestro país teníamos escasas cadenas, un amigo mío alemán de Colonia, me decía que el tenía muchísimos canales, y yo siempre le contestaba que como podía verlos todos (a la vez)- No sé si entendía mi chiste.
La televisión llegó para quedarse y provocar un caos generalizado: los quince minutos de fama que prometió Warhol.
No he salido mucho en la tele, algunas veces en programas de carácter local: es asombroso que incluso al aparecer en las localias mas locales, al otro día había gente que te decía : ayer te ví en la tele: que poderío de medio, leche-
Detesto cada día mas el aparato, por la esclavitud, por la necesidad: vite anoche… conversaciones manidas sobre hechos aparentemente de importancia nacional; shares de la inopia, del vivir en permanente corrección de actualidad
Me gusta bajarme pelis, señor Ramoncín, poderlas ver a cachos, en subtítulos, y también series. Roma, Deadwood, los Soprano...
En realidad ahora que me quedan 4 o 5 capítulos para terminar Los Soprano, bajados pacientemente con la mulita; descubro que me gusta esa forma de usar el parato; a mi bola y ritmo, una serie, esta de los mafiosos de segunda fila, en la que no paran de comer, donde la tristeza del ser humano y sus paranoias se ven reflejadas en un potaje que por exótico parece inverosímil, y ese es uno de los grandes aciertos de la misma; al final se mueren de cáncer, por tiroteos, por necesidades de un guión salvaje, por pura desidia: quizá una de las historias mas deprimentes es la del niño huérfano cuyo padre fue asesinado brutalmente solo por ser homosexual, y claro el niño ha salido al padre y la solución es mandarlo a una escuela tipo chaqueta metálica; la soledad incluso con el dinero de por medio, la ambición y la falta de escrúpulos: una gran virtud de la película es que en un entorno mafioso pone sobre la mesa los asuntos que conciernen a la mayor parte de la gente: hijos, familia, demonios interiores, amistad….
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