sábado, 17 de enero de 2009
carnaval carnaval
Vaya por delante que no hay tierra en la que me sienta mas identificado que Cádiz, lo mismo la capital que la costa o la sierra. Cádiz es Cádiz y aquí hay que mamarla. pero junto a toda esa sal y arte, pasan cosas en Cádiz que no son creíbles. El pasado verano, por poner un botón de muestra, yendo en un autobús público de Los Amarillos desde Chipiona hasta Cádiz, justo cuando íbamos a ingresar en el Puerto de Santa María; el conductor recibió -cosa prohibidísima- una llamada al móvil, y le pidieron desde su superioridad que diera la vuelta y volviera a Chipiona. La chirigota que se formó en el autobús nos sirvió de poco: dicho y hecho; dio la vuelta y nos llevó de vuelta a la tierra de Rocío Jurado: esto es cai y hay que mamarla.
La crónica que sigue está publicada en el Diario de Cádiz del sábado 17 de Enero y es impagable.
La presentación en Madrid del Carnaval de Cádiz 2009 resultó un auténtico fiasco. Más de un centenar de personas se quedó fuera del teatro del Centro Cultural Conde Duque, y la presentación organizada por Ismael Beiro provocó un conato de amotinamiento de una parte de las 600 personas que ocuparon un aforo preparado para un máximo de 320. Siendo generoso, la imagen de Cádiz sólo se salvó cuando el coro de Julio Pardo pisó las tablas y arrancó a cantar.
La noche gaditana en la capital de España se comenzó a estropear pasadas las ocho de la noche, cuando el personal de seguridad del Centro Cultural Conde Duque impidió la entrada a unas 300 personas que hacían cola en el patio para acceder a la puesta de largo del Carnaval gaditano en la capital de España. A esa hora, el aforo había sido superado en 120 personas.
Fruto de la tensión creada, con la gente apelotonada en la puerta protestando, un miembro del equipo de seguridad tuvo que ser atendido de un ataque de ansiedad por una ambulancia del 061, que llegó con las sirenas hasta el mismo patio dándole a la noche festiva un toque de crónica de sucesos.
Cuando comenzó la presentación, sobre las nueve de la noche, el aforo del teatro llegó hasta las 600 personas, y los representantes de la seguridad del Centro Cultural se negaron a aceptar que entrara nadie más a pesar de que el delegado municipal de Turismo de Cádiz, Bruno García, intentó infructuosamente convencerles de lo contrario. Más de un centenar de personas optó por marcharse, pero una veintena aguantó hasta las diez y veinte de la noche. A esa hora, tras personarse una dotación de la Policía Local en la puerta y entre protestas, se marcharon.
En una breve intervención en el teatro, la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, admitió que el acto se había "desbordado" y asumió toda la responsabilidad del fiasco. En concreto, dijo: "La culpa la tengo yo". Además, tuvo palabras de agradecimiento para casi todos menos para la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, que estaba sentada a su lado en primera fila.
Previamente, la alcaldesa atribuyó los problemas surgidos a que mucha gente no cambió las invitaciones por entradas, argumento que no se sostiene ante una afluencia con invitación que superó fácilmente las 800 personas.
Pero si fuera estaba la cosa calentita, dentro se fue calentando a medida que Ismael Beiro, un joven gaditano que saltó a la fama al ganar la primera edición del programa televisivo 'Gran Hermano, fue consumiendo minutos de una presentación que resultó soporífera, salvo el aliño -unos cuantos chistes de Pepito 'El Caja' con guitarra, la interpretación por Manuel Santander del himno oficioso del Cádiz, flamenquito de baile y cante y 'La habanera de Cádiz' de Carlos Cano y Antonio Burgos-, a la versión pop, tuneada con los personajes Cádiz y Carnaval, de la inmortal obra de Moliére 'Médico a palos'.
Sin desmerecer el valor artístico de la compañía teatral hispano-cubana 'Máscara Laroye', la puesta en escena resultó aburrida y, sobre todo, nada carnavalesca a pesar de los tics cuarteros de sus actores. Eso sí, la hermana de Teófila Martínez, sentada en tercera fila, se rió por todo el aforo.
Tan mal se puso la cosa teatral que la representación estuvo a punto de provocar el amotinamiento de una parte de los espectadores que, esgrimiendo los plumeros de Carnaval, urgió la conclusión de la mascarada. Los actores, desde luego, salieron por piernas y no regresaron a saludar.
Con la sala de butacas mosca, la alcaldesa, que es rubia nacional y de tonta no tiene un pelo, se acordó de la ministra de Igualdad cuando le tocó entregarle a Beiro un antifaz de agradecimiento. Muy espontánea ella, tiró de Bibiana Aído para compartir los aplausos en la entrega al alimón.
La ministra Aído, por cierto, apareció por sorpresa, como una especie de arma secreta que los socialistas gaditanos mantuvieron en secreto hasta horas antes. Ella, sin embargo, cuando fue preguntada si su presencia tenía alguna significación política en clave municipal, sonrió y preguntó: "¿No os parece que tengo bastante con lo que tengo?".
Sobre el espectáculo Beiro, ¡y vaya espectáculo!, la versión oficial del Ayuntamiento es que el joven gaditano, un artista de reconocido prestigio internacional, con unas dotes innatas y de una fiabilidad digna de toda confianza, tal como puso de manifiesto en 'Gran Hermano' poniéndose y quitándose la camiseta del Cádiz, lo llevaba todo muy en secreto, y que al equipo de gobierno municipal que lo registren.
Con la imagen de Cádiz por los suelos salió a escena el coro de Julio Pardo, 'La Catedral', y el estado de ánimo del público y el sentido de los plumeros carnavalescos cambiaron radicalmente. El Carnaval en su estado puro continuó fluyendo hasta pasada la una de la madrugada de la mano de la chirigota 'Las pitorrisas', de Quique Remolino; la comparsa 'La Banda del Capitán Veneno', de Juan Carlos Aragón, y el cuarteto 'Taller de reparaciones…".
Entre el público asistente destacaba la presencia de gaditanos, la mayoría residentes en Madrid. También se dieron cita un buen número de concejales de Cádiz: entre otros estuvieron presentes los populares Vicente Sánchez y Bruno García y las socialistas Carolina Camacho, Marta Meléndez, Marisa de las Cuevas y Natalia Álvarez. Acudieron a la cita carnavalesca la presidenta del Parlamento madrileño, Elvira Rodríguez, y dos ediles del Ayuntamiento de Madrid.
Entre el famoseo apareció por allí el humorista Raúl Sénder, los actores Pepe Ruiz, de las series 'Escenas de matrimonio' y 'Los Mata', Máximo Valverde, el futbolista del Getafe Casquero y el presentador José Manuel Parada. En fin, poca cosa. Pero visto lo visto, casi mejor.
y dejo una muestra de ese arte tremendo de Cái, con un vídeo de los Yesterday, grandes, grandes. grandes
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1 comentario:
Soy de los que muero con Cádiz. De hecho le he encontrado al linkear en mi perfil con el autor Quiñones que es uno de mis favoritos. El incidente que relatas seguro que será cantado con guasa estos días.
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