viernes, 10 de agosto de 2012
leyenda
estuve en el cementerio de Luarca, encendí una vela en la tumba de Don Severo Ochoa y su mujer Carmen, Usain Bolt ganaba los 100 metros lisos y dicen que se convierte en leyenda, qué turbación.
Unas viejas flores sobre la piedra, el comentario del señor que me indicó donde estaba enterrado: era un gran científico, pero era sobre todo gran persona, mira qué lápida tan sencilla, como él; quién me vendió la vela, al saber el destino, se emocionó y dijo, paseaba por aquí; aquí era el precioso puerto de ese pueblo asturiano que visité cuando joven y ahora pasados treinta años.
Profesor, usted sí es leyenda, aunque no ganara los 100 metros lisos, usted nos hizo mejores, ARN; ADN, tan pequeños y tan grandes, cada año que he impartido Biología al alumnado de último curso de bachiller empezábamos con un artículo suyo en el ABC de hace muchos años, lo conservo cual papiro, donde poníamos las bases del conocimiento: somos química, leído, subrayado, discutido, asimilado.
Gracias, maestro.
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usain bolt severo ochoa luarca ADN ARN
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