domingo, 23 de diciembre de 2007
escuela (I)
esa habitación está vacía ahora,
decía
el bueno de Jesús Fernández Segura,
que para que funcionara un centro escolar solo hacía falta un timbre que marcara las entradas y salidas
Hoy sigue habiendo timbres, y ocurre lo mismo, pero ahora la habitación está vacía y tampoco está Fernández Segura para verlo, ni Manuel Simón, ni Lucía, ni Alkali, no está Juan Carlos, hoy ya no han venido a clase.
Estás solo, recogiendo unos papeles o ni siquiera eso, solo tomándote tu tiempo antes de que vuelva a sonar el timbre de la vida y vuelvan, pajaritos, con la boca abierta pidiendo que alguien les diga algo, les de una luz, y resulta que hace rato que se apagaron los focos y no hay mas luz que la sale del corazón, chavales.
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