Tiempo en Zaragoza

miércoles, 3 de septiembre de 2008

algunas ideas


Como bitácora y lamentando,otra vez, tanta ausencia quiero reparar el lapso y con ello y la pereza que dieron estos días calurosos, amén de la consabida agitaçao, me limito es esta entrada a dar nombres y lo que venga al terabyte. Cuando todos sufren el síndrome posvacacional yo tengo mi (pequeño) resquicio de playa

Cormac McCarthy

Ya en el nombre se aprecia un estilo, esa trilogía de la frontera promete, sephard, dylan, peckinpah, calexico, faulkner, ford… un largo etcétera. Este escritor está en esa línea huraña de algunos escritores norteamericanos, que se esconden del público y afloran incontenibles. Te engancha porque sus personajes van y vienen sin un propósito aparente. Incluso en la descarnada la carretera, a modo de viaje a Ítaca moderno y demoledor: el resultado final de esta garrapata que es el hombre: lobo para sí mismo y el planeta

John Connolly

Se lee ligero (pura novela negra), aunque es recomendable empezar por el principio, donde la forma aún no tiene todo el fondo que desarrolla. Charlie Parker es su detective, un apocalíptico Bogart que deja un reguero de sangre donde quiera que va y que descubre la maldad, aun cuando esta estremece en un cierto olor a sobrenatural. Usar ketamina para matar lentamente a las víctimas, desollarlas y que estas sean conscientes de ello mientras mueren es una forma alarmante de ver a la mente humana, pero está ahí, lo tremendo es que está ahí: solo un botón de este irlandés que escribe cada vez mejor.

Flamenco antiguo

Si tienes tiempo escucha a la Niña de los Peines, Tomás Pavón, Caracol, Terremoto, Chocolate, Borrico, Talega, Lebrijano, Mojama, Rancapino, Bacanes, Perrates, Zambos, Diego del Gastor, Fernanda, … así a brote pronto porque hay mas y mas. Y en estos tiempos en que se llama maestro a tanto gorgorito implacable, desde Pitingo a Poveda, pasando por la saga Morente; es reconfortante ver que existe otro flamenco, a fe de que me llamen talibán, flamencólico o lo que quieran. Come carne y dejáte de yogur. Amén.