Tiempo en Zaragoza

sábado, 15 de noviembre de 2008

Pío Font Quer


















Cuando se habla de Franco, la represión y toda esa mierda que tuvimos que tragar se hace referencia, para lustrarlo, a García Lorca y a los poetas, escritores, famosos de la cultura....

No seré yo el que ponga eso en duda, pero siempre me he fijado mas en la pérdida tan terrible que fue para nuestro país la emigración, la represión o la muerte de científicos e investigadores que militaban en las filas de la inteligencia. No se me enfaden, pero es abrumadora la mayoría de científicos que simpatizaban con la república, y que por lo tanto fueron represaliados. Intente usted explicarle (cuando entonces) a Millán Astray o a Queipo de Llano la importancia de recolectar flores en la sierra de Teruel o analizar pacientemente el agua de un determinado río y verá lo que le contestarán esos hijos de malamadre. (Para entender esto basta con que haber escuchado al hijo natural de toda esta tropa, nuestro expresi Chemari, cuando se pone a hablar de ciencia o con el morrico caliente como animando a conducir cocido pues a el nadie le iba a coartar su libertad de beber, faltaría plus)

Un ejemplo de esto que digo es D. Pío Font Quer (Manresa 1888-Barcelona 1964), un químico y botánico acojonante, que sufrió en sus carnes la represión por, digámoslo con sorna, encontrarse en el sitio equivocado.

Este catalán manresano, despojado en 1939 de sus escuelas y cargos en el Instituto Botánico, en la Escuela de Farmacia..., que, en cambio recibió honores y cargos en Francia, doctor Honoris Causa en Montpellier en 1959, fue acusado de traición porque la guerra le cogió en la sierra de Teruel, herborizando, es decir, recogiendo plantas para su estudio posterior. Publicó mas de doscientas obras.

Las obras escritas de Font Quer son maravillosas, en nuestro idioma escribió un diccionario de Botánica que es santo y seña de esta materia, y un libro de Plantas Medicinales cuya lectura ha provocado esta entrada. Obras, estas y otras, por las que habría que hacerle un monumento al saber, pero también a la lengua. En una institución normal de Academia de la Lengua, Font Quer debería ser académico de número, tal es la precisión y fluidez con que escribe y describe las plantas, su historia, sus usos, su mitología.. Por si todo fuera poco tradujo al castellano la Botánica de Gola, Negri y Capeletti, y el Tratado de Strasburger, ambas obras cumbres y referenciales de la Botánica mundial

El Dioscórides renovado, que es el apodo con que se conoce a su libro de Plantas Medicinales es un lujo de exactitud, de utilidad, de placer lector, que, no en vano sigue siendo reeditado (yo tengo la 12 edición de 1990, de editorial Labor) desde su aparición en 1961

Y como homenaje al doctor, esta bella canción de Stevie Wonder, de su album La vida privada de las plantas


1 comentario:

Javier de la Iglesia dijo...

"Las plantas medicinales" es una delicia de libro incluso para los que no sabemos de botánica y sólo tenemos curiosidad por las plantas y los grabados de plantas y la magnífica prosa de don Pío: no he conocido mejores descripciones que las suyas, parecen delicadas miniaturas medievales.