Tiempo en Zaragoza

lunes, 16 de febrero de 2009

Camarón de la Isla
















la foto, bien bonita, está tomada de un blog llamado la china-flamenco, una bailaora, La China, de aquellos pagos; y es una rara imagen tomada en Venezuela, donde sale Camarón junto a Pepe Habichuela y un niño llamado Adrián Galia, que hoy es bailaor y profesor de flamenco, yo creo que comiendo algún marisco en cucurucho


Cuando estoy solo me gusta oír el sonido de los cristales rotos, dice una hermosa y triste canción de Nick Lowe; cuando estoy deprimido puedo escuchar a Camarón de la isla y levantarme el ánimo, creo que lo aprendí de Martirio. Quiero hacer un homenaje a Camarón y de paso a un escritor admirable , un prolífico y verdadero crítico de flamenco y rock que habita Sevilla desde tiempos inmemoriales, Luis Clemente, a quien conocí cuando editaba un fancine con singles llamado 27 puñaladas, un agitador prolífico, siempre con una visión distinta y distante, siempre honesto y acertado. El escribió estas cosas sobre Camarón allá por el 1999.




Así que pasen veinte años.
20 muescas de "La leyenda del tiempo" por Luis Clemente.

1. "La leyenda del tiempo" formó un bucle que ayudó a cambiar el concepto de la música flamenca. Lo que se dice romper moldes: los músicos de rock vieron a partir de entonces el flamenco de otra manera y los gitanos, más conservadores, tenían ya la venia para otras expresiones sin rígidez. Un LP monumental, una piedra fundamental (o fundacional) del nuevo flamenco.
2. Grabado en verano de 1979, supone un disco de reforma y transición, a punto estuvieron incluso de mudarse de casa discográfica. Es el disco en el que Camarón abandona el "De la Isla", el primero con barba y con portada diferente: una foto no firmada de Mario Pacheco, quien un lustro después daba rienda a sus Nuevos Medios. En la difuminada contraportada del vinilo aparece Camarón toreando una vaquilla.
3. Con "La leyenda" bajaron las ventas en la carrera de Camarón, y al productor le gusta relatar cómo gitanos viejos iban a las tiendas de discos a devolver el disco porque decían que ése no era Camarón. "Pero esta reacción también le ocurrió a Pansequito y Rancapino, que son amigos y familiares, le decían que se había salido de la línea... Camarón estuvo algún tiempo amargado y me decía: el próximo disco vamos a hacer un disquito flamenco". ¿Cómo consiguió Ricardo Pachón producir a Camarón?
4. "Llevo el no que me distes en la palma de la mano, como un limón de cera, como un limón casi blanco" (letra de Lorca en "Homenaje a Federico") Una vez concluido el contrato de producción con Antonio Sánchez, padre de Paco de Lucía, Manuel Molina mantuvo conversaciones para hacer el nuevo disco a Camarón, pero éste quiso volverse para La Línea. Fue el momento en que Ricardo, que había hecho los discos de Lole y Manuel, aprovechó para ofrecerse y, antes de irse, allí mismo, le cantó el "Romance del Amargo" ("lo primero que compuse").
5. "Camarón estuvo fantástico porque él estaba acostumbrado a otro tipo de grabaciones... se tenía que fumar los porros en el WC. Eran grabaciones muy estándares y constreñidas, en ocho pistas como máximo. Pero aquel estudio era grande y había un ambientazo, siempre lleno de músicos, los Dolores, los palmeros..." (Ricardo Pachón) Pero antes se vieron concentrados en Umbrete, donde meses antes se habían registrado las "Guitarras callejeras" de Pata Negra. Ricardo junta al equipo formado por Camarón, Tomatito, Raimundo (que se acababa de casar y de separar) y Kiko Veneno, con el ínclito Juan el Camas de cocinero: "Lo que más le gustaba -recuerda- era la mojarrita (pescado) frita, que se la traían de San Fernando y freíamos doce kilos; y un guiso de garbanzos con acelgas y su pringá (mezcla de carnes)".
6. Los de Alameda entraban y salían en un ambiente relajado alrededor de chimenea. Estaban en la capital del mosto (vino sin fermentar), en la casa de Ricardo: "Recuerdo que "Los olivaritos" de Kiko era una cosa como dodecafónica. Se sugería un tono y ya los olivaritos se iban haciendo más flamencos. Nos reíamos mucho y el guru era Juan el Camas. Vivíamos allí, en medio del campo, y los Pata Negra robaban naranjas por las fincas de los alrededores y venía la Guardia Civil y..."
7. El que más peso detentaría en el disco fue Tomatito, ese gitano del oriente. Llegó de Almería y, aunque no había grabado hasta entonces, ya llevaba un par de años acompañando en vivo a Camarón, quien le convertiría en tocaor de leyenda, posición desde la que recapitula: "Había llegado la hora de grabar un disco, y cuando veo los temas dije... qué cosa más rara. Yo tenía 19 años y estábamos todos locos porque saliera bien, una cosa moderna". Si el aficionado podía encontrar algunas influencias del "Almoraima" de Paco, se iban diluyendo ante un sello personal... y casi anónimo a su pesar: "En ese momento la gente preguntaba quién era, porque sonaba algo diferente. Pero yo estaba enfadado porque no pusieron mi nombre, ni siquiera salió en la parte de atrás del disco".
8. Tomate ayudó mucho en los ritmos a Antonio Moreno, el Tacita, que antes había puesto su libre batería en el disco de Veneno y aquí, de nuevo, no aparece su nombre (confundido por el de Antoñito Smash); Tacita fue el batería del dilatado primer proyecto Alameda, que poco después grabaría su primer y más exitoso disco. De Alameda eran también bajo y teclados. Y la guitarra eléctrica, del cantante Pepe Roca, punteó en "La tarara" y "Volando voy" (ese mismo año aparece también en "Sombra y luz" de Triana). El que más toca en el disco, detrás de Tomatito, es Manolo Rosa, ese bajista estupendo y exigente. Por último, por mor de Manolo Marinelli, "La leyenda" introduce sintetizador. "Mira, el disco está bien, pero el pito ese que mete al final (por el moog), eso no vale un duro". Eso le dijo Paco de Lucía a Ricardo, que matiza: "El disco le gustó, sí. De hecho yo hablé con Paco antes que con Tomatito y primero me dijo que sí, pero después me dijo que su padre estaba un poco dolido porque después de diez discos Camarón había cambiado de productor".
9. La pieza "La leyenda del tiempo" pone la música a una joya de vellos de punta, el luminoso baile final de "El perro andaluz. Burlerías", del actual Ballet Andaluz de Danza, con coreografía de María Pagés. Por cierto, curiosos arreglos jazzísticos le adapta una big band de Amsterdam, Cauchout, en un disco de hace cinco años.
10. José Antonio Galicia toca la batería y Rubem Dantas la percusión en "La tarara" donde hay un piano desafinado. Se pueden escuchar los cortos y secos rasgueados de la guitarra de Raimundo y la flauta de Jorge Pardo en el "Volando voy" de Kiko Veneno. Galicia, Dantas y Pardo pertenecían al grupo Dolores, que respaldó a Camarón ese verano del 79 en la plaza de toros de Barcelona. El cartel lo completaba Jeff Beck, Weather Report y Stanley Clarke.
11. Guadiana, que acaba de publicar su primer disco, es uno de los siete palmeros que intervienen en la leyenda. Y siempre hay que acordarse del maestro Manolito Soler, cuyo taconeo pone de relieve en "Mi niña se fue a la mar", que firman a medias Kiko y Ricardo: "A partir de unos acordes de un blues que tenía Kiko, lo metí por alegrías y aprovechamos las cantiñas de Pinini".
12. Curiosa la influencia etimológica del grupo Chicago en nombres sureños: En Triana ("Si Chicago son de Chicago y se llaman Chicago, nosotros...") y en el recorte del De la Isla que hizo Ricardo pensando en el Transit Authority. "Camarón de la Isla era muy largo para crear la marca".
13. "Volando voy", que la hacía Veneno en directo, se desenvaina como single. Algún cazaeslogan ha equiparado con el "no future" punkista aquel "volando voy, volando vengo, por el camino yo me entretengo".
14. "Y los cariños en la frontera, me van." Era el primer disco de Tomatito y en él deja algunos de los mejores toques de su vida, como el eléctrico final de "Tangos de la sultana", unos tangos extremeños y de la Repompa de Málaga con letra de Francisco Díaz Velázquez, el primero que publicó el Manifiesto del Borde de Smash.
15. Raimundo y Tomatito se doblan en la versión de Omar Kayan que tenía preparada Kiko, quien aclara: "Era un poeta persa perteneciente a la filosofía sufí del siglo XI, una especie de estoicismo dentro de las tendencias islámicas, un autor que era conocido en los círculos hippies". "Quiero al amante que gime de felicidad y desprecio al hipócrita que reza una plegaria".
16. Del soporte literario, la clave es García Lorca: son suyos los cuatro primeros cortes y el de cierre. También se cogen fragmentos de poemas de Fernando Villalón ("poeta tahúr y señorito", según Juanjo Téllez), cuyo barco de vapor estaba hecho con la idea de que echándole carbón navegue contra marea. Eran las alegrías de "Bahía de Cádiz", que tienen el aire de Enrique Morente, la única música que José llevaba en mente al llegar a Umbrete.
17. Gualberto se quedó solo con Camarón para finalizar el disco con "Nana del caballo grande", aquél que no quería beber porque "el agua era negra dentro de las ramas". Gualberto recuerda: "No pudimos ensayar nada, me fui a Madrid, él se tomó una botella de agua y yo una cerveza con un bocadillo de chorizo porque estaba desmayado del viaje. La grabamos en directo, los dos frente a frente, y un fondito de pedal que hizo Manolo Marinelli. Nos miramos, nos contestamos y fue muy natural. Salió a la primera, ni repeticiones ni recordings ni nada. Había mucha gente en el estudio, pero Camarón estaba muy concentrado, se cuidaba mucho en esa época". "Nana del caballo grande" sería adaptada justo diez años después -mecida con grandilocuencia por la Royal Philharmonic Orchestra- para también poner fin a "Soy gitano", cogida de otra toma diferente, que hizo Camarón con el piano de Marinelli.
18. Dificilísimo de creer: el número de unidades de "La leyenda" vendidas, la cantidad hecha pública cuando murió el cantaor en 1992: ni seis mil. El disco del que hablamos fue considerado el mejor de toda la historia del flamenco por El País de las Tentaciones (agosto 1994), que le dedica una tópica y despistada reseña.
19. Con Ricardo firmó Camarón un contrato en Polygram por cuatro discos: "La leyenda del tiempo", "Como el agua", "Calle Real" y "Viviré". "La leyenda" fue punto de inflexión de discos impares, entre "Castillo de arena" del 77 y "Como el agua" del 81, donde sigue Tomatito y vuelve Paco de Lucía. "Sí, vuelve San Paco y puso la condición de que los temas fueran de su hermano Pepe. A Camarón le pareció bien y a mí me pareció bien." En la grabación de este disco toma heroína por primera vez. Su caché se acercaba por entonces al millón de pesetas, y al final, diez años después, llega a los tres millones.
20. Rocío Jurado lo definió bien: "Este chico tiene un viejo en la tripa". Camarón renace, como cantaba Federico en "Así que pasen cinco años" y él al final de "La leyenda del tiempo": "Y si el sueño finge muros en la llanura del tiempo, el tiempo le hace creer que nace en aquel momento."
Autoretrato retocado.
Rafael Amador no fue a la grabación, y mientras Ricardo minimiza la incidencia de Pata Negra en el disco, Raimundo reivindica su parte: "En "La leyenda del tiempo" el Kiko y yo pusimos bastante de nuestro rollo, aunque Ricardo se ha llevado todos los galones. Incluso yo ensayé mucho para ese disco; muchas veces el Tomatito estaba en Almería y yo seguía allí con Kiko mirando cosas con Camarón, incluso Rafalillo y el Carapapa andaban por allí. Por ejemplo, la bambera (por "La leyenda") a lo primero era un poco cursi, más blandito, y sin embargo le metimos una fusión que no salió de Ricardo. El "Viejo mundo" lo teníamos grabado cantándolo Kiko para que lo aprendiera José, que te meas de risa de cómo lo canta el Kiko, muy gracioso". Según Kiko, Ricardo le llamaba para pedirle ideas y realmente partió de él el croquis de adaptar a Lorca, "que por entonces era un poeta sagrado". Pero Kiko va más allá: "La confluencia de Camarón conmigo, Raimundo y Tomatito joven, en la época pre-heroína, con pildorillas por medio, esa confluencia fue explosiva." Sin embargo, Ricardo afirma que cuando llegó Kiko la banda tenía ya montada el "Amargo" y "La leyenda" ("Lo del Amargo era un romance de soleá por bulería que tenía yo hecho desde hacía diez años"). Pachón llega a renegar de la versión de Kiko de "La leyenda del tiempo" en su último disco en estudio y habla de desfachatez al firmar Kiko la música, que eran dos bamberas -una en tono menor y otra en mayor- que él metió por bulerías. "La música es para el que la trabaja", concluye. "Cuando se hace una adaptación popular, los derechos de autor van al adaptador... por eso podía haber puesto adaptación," matiza Kiko, quien por su parte considera que Ricardo le despidió para componer las segundas partes. Un asunto oscuro para un disco luminoso.
Autorretrato retocado. Seis cortes de "La leyenda del tiempo" se restauran para "Autorretrato", doble recopilatorio publicado en 1990. En las nuevas mezclas se arremolinan las percusiones y palmas nada menos que de Manuel Soler, Tino Di Geraldo, Diego Carrasco y Doctor Kelly; intervienen en las variaciones de "Volando voy" y "La tarara" y mientras en la primera Tino pulsa también hacia el Caribe un bajo apasionado, en la segunda se intercala el taranto de la Gabriela. Si en el original del "Romance del Amargo" se dobla la guitarra de Tomatito, aquí es sustituida por la sonanta de aristas de Juan Manuel Cañizares, que también mete guiños jazzísticos en "La tarara". No se intentaba parchear ni exceder lo superior germinal. Son otras tallas, otras joyas pulidas del modelo inicial.
BISAGRAS ORALES
Camarón: "Lo más parecido al rock que yo he grabado ha sido "La leyenda del tiempo", ahí arriesgué y metí cosas que no son las más habituales en el cante flamenco. (...) Y hay que tener cuidado con lo que se hace, no salirse de los límites del flamenco, que los tiene" (1989).
Ricardo Pachón: "Fue un disco experimental que al cabo de los veinte años se ha convertido en emblemático. Ha sido disco de cabecera para mucha gente joven, de esos discos que se lo han mamado bien. ¿Disco clave? Si clave es bisagra, sí, porque hay un antes y un después de "La leyenda del tiempo". Se trataba de encontrar un nuevo lenguaje para el flamenco y la canción española. El "Blues de la Alameda" de Smash fue también una canción bisagra".
Paco Vargas: "Con Ricardo Pachón, Camarón, toma contacto con otras músicas y otros poetas: abre su corazón y sus oídos al arte sin complejos y desgrana su enorme cabeza musical para ponerla al servicio del cante hecho arte. "La leyenda del tiempo", en este sentido, significó el inicio de una revolución inacabada. Mal que les pese a algunos".
Kiko Veneno: "Me parece exagerado oír lo de disco clave, es la evolución la que va dictando la grandeza... aunque es verdad que a veces los comentaristas tienen mejor visión que los embebidos autores. Eso sí, los gitanos estaban rebelados, les costó mucho trabajo entrar. Fue una cosa underground dentro de la industria musical, por ese disco se coló mucha gente de la música moderna".
José Manuel Gamboa: "La significación de "La leyenda del tiempo" en la historia del flamenco es comparable a la del "Sgt. Pepper's lonely hearts club band" de los Beatles en la del rock".
Gualberto: "Ese disco es como cuando Dylan empezó a tocar con The Band, guardando las distancias porque Camarón no tenía grupo fijo. Camarón era creativo hiciera lo que hiciera, aunque reconozco que lo que más me gusta son los primeros discos con Paco; después gana en fuerza y expresividad, pero allí estaba la semilla y le tengo especial cariño".
Antonio de Miguel: "Un barquito marinero paseándose entre salinas y amplificadores. Navegando más lejos que Smash, con mejor timón que Veneno, con más gracia y sabor que Triana".
El Tacita: "Imprevisible. Nadie podía imaginar en ese momento que iba a tener esta repercusión, de hecho las críticas fueron malísimas al comienzo. El hermano de Paco de Lucía me decía que cómo habíamos hecho aquello, y el hermano de Manolo Sanlúcar me dijo que era lo mejor que había escuchado".
Norberto Torres: "Me molestó el mal sonido y la especie de velo sobre las guitarras que no te permitía adivinar cómo era realmente el toque de Tomatito, porque lógicamente pensaba que debía de tratarse de un nuevo Paco de Lucía cuando Camarón lo elegía como acompañante. A pesar de la extrañeza, desprendía energía y sonaba muy gitano. Había que escucharlo detalladamente".
Juan el Camas: "José transportaba la voz, cogía los tonos difíciles y jugaba con ellos. "La leyenda del tiempo" la hizo un genio y dejó ese mensaje antes de irse. José fue promotor".
Luis Clemente, 1999



Debajo el enlace a un artículo que escribí en los 90, para un fanzine electrónico recomendable, la factoría del ritmo, y mas abajo aún un vídeo para rememorar con Camarón por tangos, sobrao.

mi visión de camarón en la factoría del ritmo



1 comentario:

manipulador de alimentos dijo...

Hermosísiima foto y no menos hermoso texto. Gracias!!!!